martes, 2 de abril de 2013

Galletas


Ocurre que a Lucas le gustan las galletas, y tanto le gustan que no pasa un día sin que se coma entre una docena y docena y media. Siempre que sale de casa lleva galletas en los bolsillos. Le da lo mismo si son galletas de mantequilla, rellenas de chocolate o las maría de toda la vida. A Lucas lo que le gusta es el crujir de la galleta, por eso nunca las moja en leche.

Ocurre que Lucas conoció a Mariola, y a Mariola le gustan los bizcochos. Le gustan los bizcochos con sabor a ralladura de limón, los bizcochos borrachos e incluso los bizcochos de coco. A Mariola le gusta sentir la esponjosidad de los bizcochos en su boca, le gusta observar como el bizcocho embebe el café con leche de las mañanas, el de la merienda o el vaso de leche caliente de antes de irse a dormir.

Ocurre que a Lucas le gustó Mariola, y Lucas empezó a dejar espacio en sus bolsillos para los bizcochos de Mariola. Ya no los cargaba de galletas, a lo sumo una o dos por si le entraba la gusa a media mañana. Ahora los bolsillos de Lucas estaban llenos de bizcochos que ofrecer a Mariola, hasta aprendió a cocinarlos él mismo para que a ella nunca le faltaran.

Ocurre que Mariola conoció a Juanjo, y a Juanjo le gustaban los cruasanes. Le hacían gracia su forma, unas veces cuernos otras veces lunas menguantes. Y Mariola vió que los cruasanes también se bebían el café con leche, y Juanjo comprobó que se podían hacer bizcochos con forma de media luna. Y Juanjo y Mariola fueron felices.

Lucas nunca más volvió a comer galletas.

martes, 12 de marzo de 2013

TE ECHO TANTO DE MENOS



Tus pies dejaron marca en el umbral de mi puerta.
El olor de tu sueños sigue atrapado en mi almohada.

Existen llagas en mi piel allí donde antes estuvieron tus besos.
Calles por las que me persigue tu recuerdo.
Hogares derruidos, destrozados, arrasados.
Orgasmos no olvidados.

Tus caricias son ahora cicatrices en mi nuca y en mi espalda.
Ansía, angustia, ausencia.
Nostalgia de risas.
Tormenta de llantos.
Oscuridad y miedo.

De recuerdos tengo llenas las entrañas.
Entrañas podridas por tu recuerdo.

Mierdas, miserias y milongas.
Escribo sólo para que me leas.
No quiero ya nada, ya lo tuve todo.
Ondeare la bandera de tu olvido.
Solo, soledad, suspiro, susto, salto al vacío... Sonrisa.